HISTORIA DE AMOR DE UN PAR DE PÁJAROS
Te amo, sí ¡Perdóname mi amor!
Pajarita que yerras tu camino, como tú, estoy enjaulado.
Cuando mi corazón se estremeció de dicha,
perdió su velo y se quedó desnudo.
Cúbrelo tú de piedad, ¡y perdóname mi amor!
Ya no estoy para mostrar mi cuerpo en público,como en otros tiempos
Narciso impúdico y pretencioso...
Pajarita que yerras tu camino, como tú, estoy enjaulado.
Cuando mi corazón se estremeció de dicha,
perdió su velo y se quedó desnudo.
Cúbrelo tú de piedad, ¡y perdóname mi amor!
Ya no estoy para mostrar mi cuerpo en público,como en otros tiempos
Narciso impúdico y pretencioso...
Si no puedes amarme, ¡perdóname mi pena y mi fláccido pene!!!
¡Pero no me mires así, desde tan lejos!
Me arrastraré callado a mi rincón
y me sentaré en la sombra, tapando con mis dos manos
la vergüenza mi sexo desnudo y lastimero. No me mires , no te fijes,
¡y perdona mi pena, mi pene y mi atrevimiento!
¡Pero no me mires así, desde tan lejos!
Me arrastraré callado a mi rincón
y me sentaré en la sombra, tapando con mis dos manos
la vergüenza mi sexo desnudo y lastimero. No me mires , no te fijes,
¡y perdona mi pena, mi pene y mi atrevimiento!
Si me amas, también ¡perdóname mi alegría!
No te rías de mi descuido porque ves que mi corazón
naufraga en este mar desventurado.
Cuando me siente yo en mi trono,
y reine sobre ti, tirana de mi amor;
cuando, como un soberano, te conceda mis favores,
sé tú indulgente con mi pueril y cruel orgullo,
¡y perdóname mi alegría!
No te rías de mi descuido porque ves que mi corazón
naufraga en este mar desventurado.
Cuando me siente yo en mi trono,
y reine sobre ti, tirana de mi amor;
cuando, como un soberano, te conceda mis favores,
sé tú indulgente con mi pueril y cruel orgullo,
¡y perdóname mi alegría!
Ahora mi erección servirá a mi fantasía; te penetro porque me has perdonado,
Ahora llega un pajarito a libar la miel de las flores que están en mi gimnadio,Ya no es un Luis. Es un colibrí;
ResponderEliminarDigamos que el colibrí le ayuda a la planta a tener sexo”, comenta Óscar González, un ornitólogo peruano y profesor del Emmanuelle
College de Georgia, en EEUU, y que sabe la vida, milagros y maravillas de esta pequeña, pequeñísima, ave tan llena de encantos y misterios. La sentencia científica es rigurosa, y tiene que ver con la polinización y otras habilidades.