martes, 16 de octubre de 2018

LA DAMA DE HIERRO; VIRTUOSA, INGENA, INTELIGENTE Y MUY MORAL

Ficción al estilo del autor!










No hubo asunto, fiesta, viaje, tarea que no estuviera a mi lado Lupita. Asaba carnes y comíamos en el jardín, ya fuera en la casa grande o en la de retiro.
Tampoco había asunto importante en el que no recibiera sus consejos y apoyo. Por ejemplo, en la UAM una banda de forajidos politicastros decidió que era hora de que dejara mi lugar. Pretextaron, falsamente, que había dejado a un grupo sin clases po ausencia.  Esta falsedad la sustentaron manipulando al grupo, ofreciéndoles MB y apoyo en todo lo que sería el curso de su carrera.
Naturalmente, yo no iba de ningún modo a permitirlo.
Empero, Lupita me convenció:
Ingenua, algo romántica y muy talentosa, Extraordinariamente sensitiva en relación con el sexo, que casi Lupe es mojigata. Y sin embargo es una de esas rara avis es capaz de amar a un hombre más allá de lo convencional. Se enamora de la personificación más cabal de Don Juan Lìvingston venía de un matrimonio aciago en que dos de sus mujeres tuvieron el atrevimiento de buscar a la familia de la mujer con la que se casaría, una para advertirles que el matrimonio no sería válido porque no había transcurrido el tiempo legal ytas un divorcio fulminante y la otra porque llevaba un hijo en su seno. Sacó una pistola y lo iba a asesinar en un concurrido café. Ahora Li venía de un romance que duró casi un año y que fue tormentoso, peligroso y estuvo lleno de vicisitudes. Y de crueldad. Nada quise con Conny porque su madre ne había hablado a mi celular para suplicarme que le dijera que fuera de inmediato al hospital del ISSSTE  donde estaba internado su padre. Estaba agonizando y no quería irse sin ver a la luz de sus ojos, a su adorada hija ganadora de concursos de belleza y madre de sus queridos nietos…
 Lupe se entregó a este extraño hombre que a pesar de su avanzada edad era un apasionado amante. De modo espontáneo e inverosímil se entregó a él.  Y la sociedad, entonces, d le hace pagar por ello. Un vecino fue a reclamarle cómo era posible que haya ido a Cuba y que esté ¡¡horror!! -- demasiado para la envidia y discolería del pobre viejo—que su vecina esté planenado ir a Europa tras ir a cada rato a Acapulco y a la capital con su supuesto patrón.
 
Lupe tiene el valor de regirse por su propio código moral, una ética fundada en mandamientos no escritos, ni diseminados por iglesia alguna. Lupe es poseedora de un par de cualidades: lealtad y orgullo. Esa integridad casi imposible de encontrar en este país, pero extraordinariamente peligrosa por ser muy escasas las personas que poseen virtudes así. Es una mujer fuera de este mundo, de este tiempo y muy difícilmente podré encontrarme con alguien que se asemeje a ella y se aproxime a su personalidad a mil metros de distancia. Inútil señalar que es un ser discreto y de fina sensibilidad,
Sin duda fue víctima de la llamada libertad de expresión de un dolido amante.
Por cierto, nunca dejó de guardar la distancia con él, jamás lo tuteó. Ni cuando estaba furiosa por las ocurrencias de su compañero y, asimismo, aún en el èxtasis más prolongado lo llamó por su nombre. Aplicaba el término de papi, papito con los ojos cerrados!!
En fin, en torno al asunto de si Lívinston continuaba en la UAM, Lupe tomó por él esta decisión que fue definitiva:
 

---Ya no está usted para pelear. Ni para ir diario a la Universidad. Yo no puedo acompañarlo porque la altura me da jaqueca. Mejor pida su jubilación. Le están ofreciendo un millón de pesos de regalo además de lo correspondiente a la más alta de las jubilaciones por su categoría académica que es la superior. Le ayudo a hacer los trámites!
Y así fue. Todos los engorrosos trámites los hice bajo la dirección de mi compañera. Comíamos en los restaurantes Chilis que le encantaban a Lupita. En tres meses teminamos con una profesión profesorial de 36 años en esa institución que me dio la bienvenida en 1980 tras tres años del más largo concurso de oposición de la historia. Pero eso es harina de otro costal.
Entonces, ya con el dinero en la mano quise acabar con las idas y venidas a moteles. Compramos una casita en frente de un acueducto colonial en Real del Puente. Pactamos que nadie sabría la dirección y que sería una cabaña perdida en medio de un paisaje hermoso y atrás de un acueducto colonial por el cual pasaban los estudiantes riendo y jugando, pero, cosa rarísima, ninguno miraba a la casita bajo sus pies..
La casa la llenó Lupita de árboles, plantas, flores y fuentes. También hicimos una preciosa alberca.
Fuimos muy felices. A veces nos poníamos a bailar pegaditos, apretaditos, mientras le daba unos besos frenéticos y prolongados que le cortaban la respiración.. Y ciertamente NO  nos la pasábamos haciendo el amor…
 
Ella prefería regar el jardín, tratar amorosamente a las plantas dsel mismo modo que su padre le enseñó exactamente en ese mismo lugar cuando hacía casi 30 años sembraba rosas en este ejido xochitepequense. Por eso y más le prometí que cuando muriera heredaría la casita rústica. Se puso así, en una cláusula, en la casa ejidal en el momento de adquirir el inmueble.
Sobretodo, dejamos de viajar a la capital.
No obstante hicimos un viaje a la Habana y a Varadero. Llevamos con nosotros a Tom.
Se puede concebir mayor felicidad?




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