Lupita, quiero contarte un recuerdo de nuestra relación.
---ADELANTE!, me encantan las historias.
--- Quizás ésta no te guste tanto, Cuando quieras me detengo...
Una vez en la Ciudad de México, mi hermano nos invitó a comer. No sé que te dijo, pero el punto es que me puse celoso.
Para castigarte por tu supuesta liviandad, así como me habías confesado que solía hacer José, en vez de tomar un taxi para la casa de Tajín, empecé a caminar por delante de ti.
Después de varias cuadras, me senté en una banca en un parque. Creí que tú te detendrías también y te sentarías a mi lado.
No. Pasaste de largo con arrogancia, la cabeza echada hacia atrás y presuroso el paso.
Te grité:
--- Lupìta. Espérame, te vas a perder!...
Niguas. Al contrario, aceleraste el paso.
Entonces, corrí atrás de ti. No pude alcanzarte.
Me di por vencido y lleno de pesar, con miedo de que no encontraras el rumbo o que decidieras irte directo a Temixco, que pidieras un aventón, que te raptaran, en fin... maldiciendo mi estupidez caminé lo más rápido que pude para llegar a la casa de Tajín.
Cuál no sería mi sorpresa al hallarme ante esta escena:
Lupita estaba adentro de nuestro auto estacionad en frente y continuaba con el entrecejo fruncido y demostrando que no se le había pasado el enojo. Sus ojos echaban rayos y la boca permanecía cerrada. No volvería a dirigirme la palabra.
--- Dios mío, ¿qué dije para que se pusiera en este estado tan grave, de ruptura.
Era ya de noche y le dije que no regresaríamos a Cuernavaca.
Entré a la casa y dejé la puerta abierta.
Pasó una hora y continuabas sentada al volante.
pelea
---Entra. Es peligroso que a esta hora estés en el coche. Te pueden asaltar.
Nada. Permaneció impertérrita.
Ante semejante actitud caprichosa, nihilista y de plano verrinchuda en grado extremo, subí a la recámara, saqué cobijas y almohadas y las llevé al auto. Quise abrir la puerta y se había encerrado.
Ay!, no tuve más remedio que enfrentarme con el arrepenimieno, las dudas: y si se larga, y si la raptan, y si se la llevan con todo y auto, qué voy a decir a su familia, qué voy a hacer?
Me fui a la cama apesadumbrado.
https://youtu.be/ZFLpK0OUPTE
Al día siguiente, me permitió abrir la puerta del copiloto y sin saber si había conciliado el sueño, si había permanecido despìerta, si estaba en condiciones de manejar, arrancó y se dirigió a su casa. Salió sin decir una palabra y entró a su hogar...
----Jajajaja ¡¡ahora te pregunto!! ¿Hasta cuándo volvimos a vernos?. ¿cómo fue nuestro reencuentro?
--- No sé, no me acuerdo...
https://www.pinterest.es/pin/801148221192645522/
---ADELANTE!, me encantan las historias.
--- Quizás ésta no te guste tanto, Cuando quieras me detengo...
Una vez en la Ciudad de México, mi hermano nos invitó a comer. No sé que te dijo, pero el punto es que me puse celoso.
Para castigarte por tu supuesta liviandad, así como me habías confesado que solía hacer José, en vez de tomar un taxi para la casa de Tajín, empecé a caminar por delante de ti.
Después de varias cuadras, me senté en una banca en un parque. Creí que tú te detendrías también y te sentarías a mi lado.
No. Pasaste de largo con arrogancia, la cabeza echada hacia atrás y presuroso el paso.
Te grité:
--- Lupìta. Espérame, te vas a perder!...
Niguas. Al contrario, aceleraste el paso.
Entonces, corrí atrás de ti. No pude alcanzarte.
Me di por vencido y lleno de pesar, con miedo de que no encontraras el rumbo o que decidieras irte directo a Temixco, que pidieras un aventón, que te raptaran, en fin... maldiciendo mi estupidez caminé lo más rápido que pude para llegar a la casa de Tajín.
Cuál no sería mi sorpresa al hallarme ante esta escena:
Lupita estaba adentro de nuestro auto estacionad en frente y continuaba con el entrecejo fruncido y demostrando que no se le había pasado el enojo. Sus ojos echaban rayos y la boca permanecía cerrada. No volvería a dirigirme la palabra.
--- Dios mío, ¿qué dije para que se pusiera en este estado tan grave, de ruptura.
Era ya de noche y le dije que no regresaríamos a Cuernavaca.
Entré a la casa y dejé la puerta abierta.
Pasó una hora y continuabas sentada al volante.
pelea
---Entra. Es peligroso que a esta hora estés en el coche. Te pueden asaltar.
Nada. Permaneció impertérrita.
Ante semejante actitud caprichosa, nihilista y de plano verrinchuda en grado extremo, subí a la recámara, saqué cobijas y almohadas y las llevé al auto. Quise abrir la puerta y se había encerrado.
Ay!, no tuve más remedio que enfrentarme con el arrepenimieno, las dudas: y si se larga, y si la raptan, y si se la llevan con todo y auto, qué voy a decir a su familia, qué voy a hacer?
Me fui a la cama apesadumbrado.
https://youtu.be/ZFLpK0OUPTE
Al día siguiente, me permitió abrir la puerta del copiloto y sin saber si había conciliado el sueño, si había permanecido despìerta, si estaba en condiciones de manejar, arrancó y se dirigió a su casa. Salió sin decir una palabra y entró a su hogar...
----Jajajaja ¡¡ahora te pregunto!! ¿Hasta cuándo volvimos a vernos?. ¿cómo fue nuestro reencuentro?
--- No sé, no me acuerdo...
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