Se inventó una nueva cara:
Con la cara de institutriz
Vivió, murió y resucitó.
Convertida en niñera.
Su rostro hoy tiene las arrugas
De aquella otra en que sirvió a un solo niño.
Ahora, No da la cara ya porque no es tan cara
Como la de hace 13 años cuando la miré, admiré, besé y acaricié
Y el niño y yo nos quedamos solitos.
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