jueves, 14 de febrero de 2019

A UN AÑO DE TU PARTIDA, que me partió la madre

Ha pasado un año

y pasarán más: tres, cuatro, no sè


a ti te da lo mismo.
No oirás campanadas que llaman  a misa del difunto.
¿Para esto viví a tu lado trece años?
¿Para que alguien te de el pésame con alegría?
¡Por fin murió el cabrón! Ya no contará a millares tus amoríos.

¿Para esto morir? Para qué te preguntes donde quedó mi alma.
tras que hayas tirado mis cenizas a la orilla de mi isla.
 
Y será en vano que llores y que a solas gimas
porque nadie te oirá jamás pronunciar mi nombre.

Y habrás hecho pedazos el azulejo en que dabas las gracias
al amigo Lívingston por haber contribuido a la felicidad de tu familia,
que declaraste también mía, honorario miembro por mi generosidad.

Y tenlo seguro:  no volveré para ti ni para nadie. ¡¡Ala chingada!!
Será, al final, la pura nada,

No retornará el áureo polvo que se quedó en el fondo del mar
y en las entrañas de los peces.

Cerrarás tus cortinas, te encerrarás en tu alcoba
y  entre lágrimas







¡¡comenzarás mi olvido!
...¿podrás?

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